Sofonisba Anguissola es
una pintora renacentista, natural de Cremona (Italia) que llega a España en el
año 1559 invitada por Felipe II para ser maestra de pintura de su tercera
esposa, la joven reina Isabel de Valois. La pintora asiste en Guadalajara a la
boda real y desde el primer momento propiciará un clima de confianza con la
familia que se mantiene a lo largo de los quince años que residirá en la corte
española, que abandonará en 1573 con destino a Sicilia tras su matrimonio con
un noble de origen catalán, Fabrizio Moncada. Durante esos años van a pasar por
delante del caballete de la pintora todos los personajes relevantes de la casa
real, empezando por los propios reyes, sus hijos y las figuras más importantes
de la nobleza del momento.
Fue la primera pintora
renacentista con fama internacional. Apenas se conservan 50 obras y muchas de
ellas se han atribuido erróneamente a otros artistas masculinos como Zurbarán,
Moro, Tiziano o El Greco. Fue muy conocida, distinguida y respetada en su larga
vida –más de 90 años–, y admirada por los grandes pintores de la época, como
Miguel Ángel, Tiziano o Van Dyc. De los 1.100 cuadros que cuelgan en las
galerías del Museo del Prado, sólo tres tienen autoría de una mujer: Sofonisba
Anguissola.
Su caso desvela al
detalle las razones históricas de la invisibilización de la mujer en la cultura
y del hecho de que además de ser invisibles, dicha realidad sea a su vez
invisible. La exclusión de las mujeres sigue siendo la normalidad e incluso
parece que nadie quiera reparar en ello, ni siquiera las interesadas. El olvido
de la representación femenina hace de Sofonisba Anguissola –pintora en la corte
de Felipe II– notaria de una extraña realidad aún hoy perdurable. Cuando en
1559 llegó a la corte de Felipe II como dama de la reina Isabel de Valois,
Sofonisba Anguissola ya tenía obra y un extenso currículum artístico. Había
pintado agradables escenas domésticas, algunos memorables retratos de
humanistas o colegas, y autorretratos, como haría el resto de su vida.
Incomprensiblemente, Sofonisba Anguissola no firmaba los lienzos que pintó para
la corte.
Autoretrato 1534
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